Crítica en Línea
Casi todos los panameños saben que hay un gemelo de nuestra capital en los Estados Unidos: Panama City en Florida. Pero probablemente nadie sabe que existe también un lugar con éste nombre en Sri Lanka. Se trata de un pequeño pueblo en la costa sudeste de la hermosa isla al sur de India, habitado por unos cientos de familias campesinas y pescadores.
El pueblo de Panamá en Sri Lanka está ubicado cerca de la misma latitud (pocos grados más al sur) como nuestra ciudad, pero es de poca importancia económica y por esta razón raramente mencionado en los libros y mapas turísticos.
EL DIA DESPUES...
El día 26 de diciembre de 2004, el poblado de Panamá estaba en tal caso de excepción requiriendo del apuro, mucho apuro. Todo el mundo conoce los sucesos en el Océano Indico de esta fecha.
Sri Lanka estaba especialmente expuesta al terrible tsunami que devastaba las regiones costeras en un radio de miles de kilómetros del epicentro de un gran terremoto cerca de Sumatra, con más de 35, 000 personas muertas únicamente en la isla, 750, 000 hombres desplazados e innumerables casas e infraestructuras en ruinas.
Las costas en la vecindad de Panamá también sufrieron enormes daños, porque ésta parte de la isla se encontraba en el rumbo directo de la ola logrando grandes alturas y cual ninguna fuerza de la tierra pudo retener.
La pequeña ciudad de Pottuvil, ubicada en la costa 15 kilómetros al norte de Panamá, fue casi totalmente destruida y otros centros de población al sur fueron eliminados del mapa, primeramente la ciudad de Hambantota, donde hubo dos mil muertos. Al fin de la catástrofe, el área parecía un lugar después de un ataque nuclear.
Milagrosamente, sólo siete casas y una o dos docenas de lanchas pesqueras fueron dañadas en Panamá, aunque el tsunami mataba unas personas imprudentemente cuando la ola se acercaba sigilosamente. En comparación con otros lugares en Sri Lanka éstos daños estaban ridículamente escasos. ¿Cómo se explica la "salvación milagrosa" de Panamá?
MANGLARES SALVARON AL POBLADO
Toda la simple gente rural de Sri Lanka son adeptos de numerosas supersticiones. En Panamá, un viejito había soñado con el mar inundando su municipio una semana antes de la llegada del tsunami y qué el pueblo ofrendaba regalos a sus dioses, pidiéndoles salvar a Panamá del desastre inminente. Estos actos parecen muy inútiles, pero toda la población del pueblo estaba preparada por algo extraordinario.
Había otras razones, naturalmente, qué no sólo el viejito soñara, sino la realidad se revelaba solamente unos días más tarde. El "secreto": La costa de este pueblo en particular es protegida por extensos bancos de arena y sobre todo largos manglares. Además, la playa está intacta, por las grandes dunas. En muchos otros lugares en Sri Lanka (por ejemplo en Hambantota), las costas están desnudadas de manglares, y se usaba la arena de las dunas y playas para construcciones. Después de la calamidad, la gente de Panamá destacó la utilidad de estos subestimados rompeolas naturales y se juraron por todos los dioses conocidos nunca demolerlos.
Hoy, las heridas de la tragedia ya están sanadas, pero las cicatrices dolerán por muchos años más. Hasta en Panamá con sus pocos daños.
