El mejor de regalo para un padre es la felicidad de sus hijos y ayer el peleador Celestino Caballero vio realizado uno de sus sueños, que sus hijos lo ayuden en una jornada de entrenamientos en el gimnasio.
El regalo del día del padre fue por adelantado. Los pequeños Jaik Caballero de 7 años, Nayibeth Caballero de 6 años y la pequeña Naybelis Caballero de 4 añitos, estuvieron en la esquina de "Pelenchín", ayudando a su papá durante su preparación en el gimnasio.
Era medio día, el sol sofocante, la temperatura en su máxima expresión, pero los pequeños allí junto a su padre, el mayor con una toalla en esa esquina, secando el sudor de su padre, Naybelis con una botella de agua hidratándolo y Nayibeth trataba se amarrar los cordones de las botas del peleador panameño, que se prepara para en unos meses disputar la faja súper gallo de la Federación Internacional de Boxeo (FIB).
"Es un gran regalo el que mis hijos estén aquí conmigo, ayudándome en lo que es mi preparación. Ellos siempre siguen de cerca mis entrenamientos y las peleas cuando veo acción", declaró el púgil de 28 años.
Caballero, quien tiene 13 años de compartir su vida con su esposa Mitzelda Amaya, admitió que en su niñez falataron muchas cosas, pero señaló que él está trabajando duro, para poder brindarle a sus hijos las cosas que él como infante no pudo tener.
"Cada vez que subo al ring lo hago pensando en mis hijos", declaró "Pelenchín".
El boxeador panameño sube a los cuadriláteros siempre con un pantalón azul y con letras blancas el nombre de sus tres pequeños.