Estamos en la época del pixvae, o como decimos en Azuero “pifá”. Es común ver a diario carros repletos de este fruto que produce una palmera, venir de las tierras altas de Chiriquí y Veraguas para comercializarlo en tiendas, kioscos y gente particular que esperan esta temporada para ganarse un sustento en la calle.
En cualquier calle, esquina o rincón de nuestros pueblos le sale un vendedor ambulante pregonando el característico grito de: “pifá-pifá, bien calientitos” . Estos los venden en bolsitas plásticas que contienen cinco unidades por B/.0.25.
Para esta época se instauran muchas plazas de trabajos para jóvenes que tengan bicicletas (algunos lo hacen a pie) empleados por personas que compran grandes cantidades de este sabroso fruto. Pasan noches y madrugas enteras cocinándolo en el traspatio de sus residencias. Otros adquieren racimos enteros para el consumo hogareño.
El pixvae o pifá, es muy gustado en el interior; la gente identifica el punto de cocimiento y cantidad adecuada de sal de los diferentes comerciantes; por eso deben esmerarse ser los mejores para que su producto se venda. Y es que esto se vende como pan caliente.
Ahora bien...todo lo bueno, en ocasiones tiene su otra parte. Resulta que a este fruto se le debe poner mucho cuidado al consumirlo tanto los adultos como principalmente los niños.
La palmera que produce el “pixvae” es muy alta, y está guarnecida por filosas y largas espinas desde sus raíces hasta sus pencas (hojas). No la pueden escalar como la palma de coco, sino que alcanzan los racimos del fruto con largas varas provistas de filosos machetes que los cortan. En muchas ocasiones los frutos se proyectan contra las espinas, las que se introducen en la pulpa de las mismas y son desapercibidas al momento de cocinarlas.
Hay que entender que estas filosas espinas al recibir mucho calor al momento del cocimiento, se hace más fuerte y peligrosa.
Cuando usted le quita la cáscara al pixvae y observa algún punto negro como un lunar en la pulpa, de seguro que es una filosa espina. Se imaginan el peligro que esto representa para niños, incluso hasta para adultos.