La mejor garantía para una buena elección es dejarse aconsejar por los profesionales y consultar varias opciones antes de contratar un curso o estancia en el extranjero. Es muy importante saber bien tanto lo que incluye el programa como lo que no incluye, así como las condiciones en que se va a desarrollar el mismo.
Es recomendable que se nos especifique claramente el número y la duración exacta de las clases que se van a recibir. No es lo mismo una hora de clase que una clase de 40 minutos.
Hay que cerciorarse también de que las clases vayan a ser impartidas por el profesorado adecuado en cada caso. Si se opta por el régimen de familia, conviene informarse antes sobre la modalidad de alojamiento: si es pensión completa o media pensión, si la habitación es individual o compartida, si va a haber en la casa otros estudiantes que hablen español.
Cuando el destino sea una residencia, deberán especificarnos claramente sus características: situación, comunicaciones, régimen y horario de comidas, etc. Es muy aconsejable la contratación de un seguro que cubra posibles gastos médicos, pérdida de equipajes, retrasos en vuelo o responsabilidad civil.
Exijamos toda la información por escrito, para poder reclamar y ejercer nuestros derechos si llegara el caso. Y no olvidar que la información que figura en los folletos publicitarios tiene valor contractual, es decir, que obliga legalmente a la organización o empresa promotora.
Para saber si la empresa cumple con todos los requisitos legales, el consumidor le puede exigir que demuestre su inscripción en el registro público si fuese una persona jurídica.
Antes de contratar el curso el comprador debe estar seguro de la legalidad de la persona y empresa que ofrece el servicio, se trata de un traslado a un país quizás desconocido y es necesario conocer a fondo el programa, para saber si se ajusta a las necesidades del consumidor. |