El 8 de junio de 1968, más de dos meses después del asesinato del activista de los derechos civiles Martin Luther King Jr., las autoridades policiales en Londres capturaron a un estadounidense que portaba pasaporte falso, y fue inmediatamente deportado a Estados Unidos. Llevado luego a Tennessee, donde se le levantaron cargos por el homicidio de Luther King. Primero confesó y luego lo negó todo. Aun así, fue condenado a 99 años de cárcel. James Earl Ray murió en la cárcel un 23 de abril de 1998.