Atrapada en una sangrienta guerra entre pandillas que se disputan el negocio de la droga y el territorio, Medellín vuelve a ser una de las ciudades más violentas de Colombia con más de 500 homicidios sólo en tres meses.
Antaño feudo del cártel del narcotraficante Pablo Escobar y la ciudad más violenta de Latinoamérica, esta urbe vivió un proceso de transformación hasta ser ejemplo de modernidad, un espejismo que ahora revela una realidad distinta: la gran disputa entre bandas victimarias de una vecindad atemorizada.
"Home pirobo, te voy a matar delante de tu mamá", grita un hombre agazapado desde su casa, al que le responden: "te vas a morir en ayunas"; y el primero vuelve a gritar "dispara vos que yo también te disparo". A continuación comienza el tiroteo, no importa que sea de día o de noche.
Escenas como esta se repiten en la Comuna 13, en las colinas que rodean Medellín y donde quienes gobiernan son los "combos".
"Un combo es como una familia, como una hermandad. En el combo se vive, se come y se muere; ya después cuando el giro (guerra pandillera) hay que cuidar la vida de cada uno y la del socio, aquí nos cuidamos entre todos", explica a EFE alias "Caliche".
Este joven integra uno de los distintos grupos armados, formados por unos 30 o 40 jóvenes, que, además de controlar zonas para traficar con droga, extorsionan a comerciantes y transportadores.
La nueva guerra comenzó tras la operación "Orión", en octubre de 2002, cuando un gran operativo militar y policial ingresó en la Comuna 13 y acabó con las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
"En la comuna siempre ha estado presente (la violencia), primero eran los caretrapo (guerrilleros que se cubrían la cara), las milicias populares, la operación Orión para sacar a los guerrillos, y luego una paz ficticia porque eran los paracos (paramilitares) los que estaban por aquí", explica "Pipe", el apodo con el que es conocido en su barrio.
Y es que tras la operación Orión, los paramilitares se hicieron con el control y el lugar se convirtió en un territorio del miedo, en escenario de multitud de abusos.
HOMICIDIOS: MENORES
Este conflicto invisible para la mayoría de la sociedad colombiana causó en el primer trimestre de este año 503 muertes, un 54, 8 por ciento más que en el mismo periodo de 2009. Los homicidios de menores aumentaron un 138 por ciento, porque las bandas reclutan cada vez a un mayor número de niños y adolescentes.