A mis cortos diecisiete años nunca había visto una lujosa bata de seda. Tenía un color rojo brillante y el caballero la llevaba con elegancia. Se tratada de un conocido político opositor panameño de hace cincuenta años. Hasta llegó a darme la mano para agradecerme "mi sacrificio por el futuro de la Patria.."
Éramos un grupo de unas seis personas, en su mayoría humildes obreros. Yo estaba "colado" en el grupo de adultos...
Resulta que luego de la matanza del veintidós de mayo del año cincuenta y ocho en el Instituto Nacional, se hizo un acuerdo. Se llamó el Pacto de la Colina y se supone iba a controlar el poder y privilegio que tenía la Policía de aquellos años.
Yo había estado cuidando las instalaciones del "Nido de Águilas" tres noches. Cuando ocurrió el ataque de misteriosos "francotiradores" estaba descansando en mi casa, no pude luchar.
Ese Pacto tenía que ir en septiembre a la Asamblea para su aprobación.
No recuerdo cómo conseguí unirme a un grupo que presionaría para que se aprobara el Pacto.
Un profesor del colegio secundario Liceo de Señoritas era el encargado de "preparar" al grupo. ¿Qué nos enseñaban?
A utilizar bombas de dinamita para causar daños en las instalaciones de la capital.
Sí, como lo oyen. Realmente era un grupo para causar terror, presionar al gobierno a aprobar el Pacto que tanta sangre costó.
Como no soy tonto, no di mi nombre verdadero ni mi dirección y menos que era del Instituto Nacional.
Durante varios sábados dije a mis padres que iría a estudiar con unos amigos. Realmente marchaba en el auto del profesor a las orillas del Chagres, bajo el Puente de la Transístmica.
Allí nos daban instrucciones y explicaciones sobre cómo armar bombas que estallaban con mecha o con electricidad de pilas.
Llegamos a romper algunas ramas de árboles como ejercicio. Luego íbamos a un río cercano a bañarnos y disfrutar un sancocho que pagaba el misterioso profesor.
Horas antes del inicio de la Asamblea fuimos en la madrugada a volar el Puente de Río Abajo, tumbar postes eléctricos en Parque Lefevre (mi "tarea") y otros ataques.
Mi bomba no estalló. Arrestaron a todo el grupo... ¡menos a mí!.
El profesor no quiso recibir mis llamadas y el viejo político de la bata de seda... hizo declaraciones ¡atacando el terrorismo que él mismo había promovido!
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