Los que se reunieron el pasado lunes, en el Teatro Balboa, salieron llenos de esperanza y con una confianza en sí mismos, que jamás pensaron adquirir. Ya que el nicaragüense Tony Meléndez se encargó de llenar los corazones de todos los presentes en su gran concierto, de paz y amor.
El reloj marcaba las 8:30 de la noche, cuando las puertas del teatro se cerraron para dar inicio a la romántica voz de Alejandro Lagrotta y sus temas: "Beso helado", "Sorpréndeme" y "Trágico día". El compositor panameño, quien fue artista invitado de la gala, despidió su presentación con un beso a los que corearon sus canciones.
Beso que nos llevó a escuchar una voz inocente que contaba una historia de tristeza, pero llena de admiración. Sólo quien viajó de Nicaragua a Estados Unidos a muy corta edad podía narrar tan admirable y valorativa vida. Sí era Tony Meléndez que en pantalla reflejaba sus mejores momentos vividos transmitiendo un mensaje de amor a sus fans.
El marcador seguía avanzando y a las 8: 45, se detuvo para recibir al nicaragüense, quien con su guitarra, daba gracias a Dios, por haberle permitido estar nuevamente en suelo patrio. Y con esas palabras, Tony Meléndez, comenzaba su concierto de esperanza que tiene como lema: ¡Yo quiero, yo puedo, yo voy!
En medios de aplausos y risas, él contaba que nunca imaginó que la música sería el medio de sustento para su familia. Y a pesar que no tiene hijos biológicos, los pequeños que tienen adoptados, son su guía.
Al finalizar el evento, todas las personas salieron risueñas y colmadas de esperanza para lograr las metas de su vida.