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El presidente Bush le dijo ayer a casi 1,000 graduados de la academia militar que las doctrinas de contención y disuasión de la Guerra Fría se habían vuelto irrelevantes en un mundo donde la única estrategia para derrotar a los nuevos enemigos de Estados Unidos consistía en golpearlos primero.
''Si esperamos hasta que las amenazas se materialicen, habremos esperado demasiado'', dijo el Presidente, hablando al inicio de la 204 graduación de West Point, la academia militar más antigua de Estados Unidos. ``Tenemos que llevar la guerra al enemigo, alterar sus planes y confrontar las peores amenazas antes de que se materialicen''.
Con un lenguaje duro que parecía dirigido a preparar a los norteamericanos para una potencial guerra con Iraq, Bush añadió: ''La única vía de salvación es la acción, y este país va a actuar''. Bush no mencionó a Iraq por su nombre pero advirtió que ``inclusive estados débiles y grupos cerrados pudieran conseguir un castrófico poder de golpear a grandes naciones''.
Las mayores amenazas para Estados Unidos, dijo el Presidente, radican ``en la peligrosa intersección del radicalismo y la tecnología''.
La intervención de Bush fue una enérgica y refinada destilación de los temas que ha estado desarrollando desde el 11 de septiembre. ''No dejaremos la seguridad de Estados Unidos a la merced de unos cuantos tiranos y enloquecidos terroristas'', dijo el Presidente.
Pero fue también un llamamiento personal y en ocasiones emotivo a los graduados, cuyos predecesores incluyeron a Ulysses S. Grant, Dwight Eisenhower y Douglas MacArthur, grandes héroes de guerras más convencionales.
''La historia también está llamando a vuestra generación'', dijo Bush. ``Durante vuestro último curso, Estados Unidos fue atacado por un enemigo hábil y despiadado. Ustedes se graduan de esta academia en tiempo de guerra para ocupar vuestro lugar en un ejército poderoso y honorable''. |
