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Con el empate ambos equipos mantienen sus aspiraciones dentro del "Grupo de la Muerte", con una Suecia muy firme y una Inglaterra que tendrá que mejorar mucho.  |
Inglaterra y Suecia cerraron con un empate la primera jornada del Grupo F en Saitama, Japón, con goles de Sol Campbell y Niclas Alexandersson, uno en cada tiempo. El cuadro inglés tuvo un mejor rendimiento en la primera mitad, pero Suecia mejoró en el complemento y consiguió la merecida igualdad.
Los explosivos delanteros Michael Owen en Inglaterra y Henrik Larsson en Suecia, no lograron involucrarse en las acciones que a menudo se sucedieron en un enredado mediocampo.
El capitán inglés David Beckham le sirvió el gol a Campbell con un estupendo tiro de esquina, pero luego debió irse reemplazado apenas pasada una hora de juego. Inglaterra y Suecia están ahora debajo del líder, Argentina, que venció a Nigeria a primera hora.
Inglaterra y Suecia jugaron un partido muy equilibrado en el que los británicos, que llevaron el mando en el primer tiempo, se fueron desinflando paulatinamente hasta terminar casi a merced de los suecos.
El sueco Marcus Allback, centrocampista de Suecia, regó sudor con buen tino y contribuyó con su esfuerzo a mantener el empate 1-1 con Inglaterra, en partido del grupo F del Mundial 2002, disputado este domingo en Saitama, periferia de Tokio.
El jugador del Heerenveen holandés, que tiene 28 años, impulsó casi todas las acometidas del equipo sueco en la primera parte y fue el más incisivo entre la bien sentada defensa inglesa.
Como la muralla parecía infranqueable, optó por los disparos desde media distancia que hubieran tenido mejor suerte de no haber tenido un excelente día el arquero inglés David Seaman, al que obligó a estirarse en gran número de ocasiones, siendo las más claras en los minutos 34, 39, 46 y 46.
Allback, que ha sido convocado a la selección veinte veces y ha marcado nueve goles con el equipo nacional sueco, tuvo las pilas cargadas durante todo el encuentro. Su fogosidad le valió una tarjeta amarilla a los 47 minutos de manos del árbitro brasileño Carlos Simón. |