Luis Enrique Morales Gómez fue condenado a 90 meses de prisión por tráfico internacional de drogas.
Morales Gómez fue aprendido en los momentos que intentaba enviar a través de una empresa de currier de la Zona Libre de Colón, una máquina de soldar con dos paquetes que contenían 3, 648.6 gramos de cocaína, los cuales se encontraban ocultos en la bobina de la máquina. La mercancía ilegal tenía como destino final Australia, según los informes.
La audiencia fue presidida por el Juez Tercero de Circuito de Colón, mientras que por el Ministerio Público se encontraba presente el Fiscal de Drogas de Colón y Kuna Ayala.