La selección brasileña de voleibol encara la próxima Liga Mundial como un "entrenamiento" para los Juegos Olímpicos de Pekín, según reconocieron ayer el técnico Bernardo Rezende Bernardinho y varios jugadores.
"La Liga Mundial nos servirá de preparación para hacer pruebas y los últimos ajustes", explicó ayer el técnico más laureado de la historia del voleibol brasileño, en declaraciones a periodistas tras un entrenamiento de la selección en el centro de alto rendimiento de Saquarema, localidad residencial en la costa de Río de Janeiro.