Y es que las piezas que antiguamente servían de adorno al llamado "Portal de Chitré" son ahora la forma más autóctona que tienen los areneros de ganarse la vida por medio de esta actividad informal donde la confección de artículos de variadas formas y tamaños han ido marcando una pauta en el crecimiento de este importante arte.
Casi el 50% de la población de este distrito se dedica a la confección de figuras de barro que han ido evolucionando con el paso de los años de acuerdo a la demanda de los clientes por lo que los artesanos aprovechan que el corregimiento de La Arena en un lugar de paso obligatorio de viajeros para ofrecer estos artículos cargados de la tradición familiar y el sello del hombre interiorano.
EL ORIGEN DEL BARRO
Tal como cuentan los artesanos de este lugar, la "herencia del alfarero" en La Arena nace con las familias Calderón, Rodríguez y Batista que fueron las primeras en comenzar a confeccionar vasijas de barro para cocinar su alimentos ya que su condición humilde les impedía poder comprar otro tipo de ollas y demás herramientas domésticas.
José Calderón, heredero de esta tradición, relató que sus abuelos le manifestaron que la tinaja, la cazuela para la tortilla, el cántaro y las ollas fueron las primeras vasijas aprendidas en el oficio como respuesta a una necesidad culinaria, sin imaginar que años más tarde esto se convertiría en la principal actividad económica del pueblo.
Con el tiempo los hombres del lugar descubrieron que el barro y el fuego eran los elementos necesarios para dar forma a variados artículos y ganarse la vida con lo que habían aprendido de sus antepasados y comenzaron a construir sus propios talleres en las casas de quincha.
Con el método rudimentario que aún practican; estos artesanos dieron paso a la confección de piezas que exhibían en los portales de sus viviendas aprovechando la posición estratégica en la que se encuentra el pueblo y poco a poco se dieron a conocer hasta que los turistas y visitantes no sólo llegaban a la Arena en busca del pan sino que además llEva, Crítica en Líneaban algún recuerdito del viaje.
SUBSISTENCIA
Basta llegar a este lugar para descubrir que la artesanía ocupa un sitial importante en las faenas diarias del hombre arenero ya que los puestos de venta, las exposiciones y los portales del pueblo están impregnados del arte precolombino y los diseños tradicionales e innovadores que han contribuido al crecimiento de este sector informal de la economía de Chitré.
En los talleres donde se confeccionan cuidadosamente las piezas, que son moldeadas a mano antes de llevarlas al horno para trabajarlas más tarde en la pintura hay miembros de la misma familia y en distintas generaciones involucradas en el proceso, así los abuelos van enseñando a los nietos más pequeños esta forma de vivir aunque hay otros areneros que aprenden el oficio porque necesitan un trabajo para mantener a sus hijos.
"La artesanía es ahora no sólo una tradición familiar sino un trabajo donde se ganan el pan", manifestó José Calderón con más de 20 años en este oficio indicando que ellos han tratado de conservar la esencia en las piezas más antiguas como la tinaja, las ollas y los cántaros así como el método de confección amasando el barro a mano y dándole forma en el torno, pero han evolucionado con el paso de los años en nuevos diseños.
Así las figuras del firmamento como el sol, las estrellas y la luna han ido tomando forma en el barro y otros elementos de la naturaleza como las mariposas y las aves y otras piezas más trabajadas como los jarrones decorados que han puesto a prueba la creatividad de estos artesanos que empíricamente han ido perfeccionándose en este arte buscando un mejor lugar dentro de la economía nacional.
EL FUTURO ECONOMICO
Con el paso de los años el hombre y la mujer arenera han dado paso a la pequeña industria artesanal con la que se ganan la vida y aunque sus talleres siguen siendo los mismos de antaño, la evolución en confección de las piezas es marcada así como el deseo de ir abriéndose paso en los mercados del país para ir comercializando sus artículos.
Los artesanos del lugar manifestaron que durante mucho tiempo han trabajado con la figura de los revendedores ofreciéndoles piezas en los talleres con precios desde 0.50 centavos en los que son recordatorios pequeños hasta B/.5.00 cuando se trata de otros artículos más grandes con el propósito de facilitar que ellos también puedan tener sus ganancias en el proceso.
Con la finalidad de ir expandiendo sus fronteras las piezas de La Arena han logrado llegar a algunos puntos en la provincia de Chiriquí y la capital gracias a pequeños empresarios del lugar que han decidido poner sus puestos en estos sitios, sin embargo; lo que estos hombres ambicionan es que algún gobierno les ofrezca una alternativa de comercialización más efectiva.
Sobre el tema Ramón Rodríguez, artesano de muchos años dijo que ellos han creído en este arte que les fue heredado y han puesto en esta labor la esperanza para sacar sus familias adelante pero actualmente están confrontando dificultades porque las ventas han bajado considerablemente y ningún gobierno los mira con optimismo.
Señaló que a diferencia de otros lugares, La Arena es un pueblo que lucha por su subsistencia y no pide empleos al Estado pero si un empujón para poder seguir adelante en esta actividad que han desarrollado durante muchos años indicando que lo que necesitan son estrategias gubernamentales claras para comercializar sus productos en los puntos estratégicos de turismo en el país.
Los artesanos indicaron que aunque ellos viven en el interior, deben ser integrados a los planes de crecimiento empresarial y turístico como sucede en otros países donde la artesanía local es valorada y señalaron que sus artículos son de buena calidad y gustan a los visitantes pero lo que hace falta son métodos para la venta que les ayuden a mantener la actividad y obtener el sustento para sus hogares.
Así lo que fue recibido como una herencia familiar es hoy el único oficio que conocen estos hombres y mujeres que reclaman ser vistos por los gobernantes para que desde sus humildes talleres puedan seguir dando forma a cientos de piezas con la seguridad de que en cada una van moldeando el futuro el futuro de sus hijos e inyectando la economía nacional.