En un acto insólito fue paseado el cuerpo sin vida de Julián Mera Hernández, de 22 años, por las calles de Samaria, hasta darle sagrada sepultura, la tarde de ayer, jueves, en el Cementerio Municipal de Amador.
Julián, quien fue asesinado de un tiro en la cabeza, la madrugada del pasado domingo, en Calle 18 de Veranillo, San Miguelito, fue vestido por su hermana mayor y otros familiares.
El féretro fue llevado a su casa, y luego en caravana a la cancha de futsal en Samaria.
Allí, en el recinto de cemento, sus amigos, familiares y demás allegados oraban a Dios por su alma, ya que la víctima era una persona querida y amada por sus vecinos.
Luego de media hora que permaneció el ataúd en la cancha deportiva, fue llevado a la Iglesia Cristo Redentor, donde realizaron una misa de cuerpo presente.
LA HISTORIA
El homicidio de Julián se produjo luego de una confusión que tuvieron sus asesinos: dos menores de edad, quienes aparentemente son hermanos.
Según una fuente, los asesinos pidieron disculpas a la familia Mera Hernández por el acto atroz e inhumano que cometieron contra el muchacho.
De acuerdo con los homicidas, ellos habían tenido una pelea con una banda rival en Calle 18 de Veranillo, donde horas después por equivocación mataron a Julián.
Aparentemente, ellos esperaban a la banda contraria, pero quien se presentó al lugar fue Julián con su hermana menor y unos amigos.
ÚLTIMA HORA
Uno de los involucrados en el homicidio de Julián fue capturado por la DIIP de Santa Marta, la cual lo está investigando.
Su detención se dio durante un allanamiento.