OPINION

CUARTILLAS
Muertos (2)

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Por Milcíades Ortiz Jr.
Catedrático

Ya pasaron cuarenta y dos años de la peor matanza hecha solamente contra estudiantes panameños (peor que la del año sesenta y cuatro, el nueve de enero). Por eso lo que diré es historia, aunque todavía viven muchos de sus actores.

Debo confesar que ahora comprendo que políticos estaban azuzando, o al menos respaldando, este movimiento. Sólo así se explica la presencia de armas de guerra en el Instituto...

No digan que es mentira, porque yo las vi y las tuve en las manos. Por lo menos un rifle MI, de la Segunda Guerra; pistola 45, también de esa gran guerra; un rifle de cacería con mira telescópica, que me mostró Floyd Britton. Algunos revólveres viejos.

También se hicieron bombas de gasolina. Estudiantes mayores, de la Universidad de Panamá, se aparecían en el Instituto y parecía que "aconsejaban" o dirigían el movimiento.

Los armados eran pocos. La mayoría éramos muchachos idealistas, que no deseábamos que invadieran el Alma Mater. Estábamos convencidos que "luchar por la Patria" era algo hermoso. Y pedir "más escuelas y menos cuarteles", se convertía en un canto celestial en nuestras almas idealistas... ¡e ingenuas!

Al tercer día, cuando yo había salido de mi turno, aparecieron unos misteriosos (?) "francotiradores". Se apostaron en azoteas cercanas al Nido de Aguilas (¿la del Seguro Social?) y dispararon a mansalva.

Balas de alto calibre mataron sin piedad a muchachos de menos de dieciocho años. ¿Cuántos fueron? ¿Cinco, diez, veinte? Hay la versión oficial y la del pueblo. Lo cierto es que no se justificó nunca atacar a unos chiquillos, que aunque tuvieran algunas armas, no eran un peligro para la estabilidad del país.

¡Lo peor fue la impunidad que siguió a esta matanza! Nunca el gobierno de Ernesto de la Guardia, ni los que siguieron, buscaron con seriedad a los responsables de este asesinato de jóvenes panameños.

Pero esto no era raro en el Panamá de los años cincuenta. Recuérdese que solamente tres años atrás, en el cincuenta y cinco, mataron aquí al presidente José Antonio Remón Cantera...¡y nadie fue condenado por este crimen!

Al parecer la oligarquía del momento (gobierno de ricos, según nos decían), se defendía ante el temor de perder el poder.

Después de la matanza vino el llamado Pacto de la Colina, conseguido con la presión de los universitarios. Allí se establecía la rotación de los jefes de la Policía, para evitar que se convirtieran en caciques de las regiones que mandaban.

Sin embargo, los muertos de mayo del cincuenta y ocho no han recibido los recuerdos y honores que se merecen. Aquí se habla más del nueve de enero, donde murieron representantes de estudiantes y del pueblo.

Claro que han pasado más de cuarenta años y el panameño prefiere olvidarse de lo malo, porque no se atreve a meter a la cárcel a los asesinos y autores intelectuales.

Como persona que pudo morir en ese momento, por el idealismo sincero de querer "mejores días para Panamá", me quito el sombrero en honor a los que dieron su vida por este ideal.

 

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