Negar la realidad de lo que sucede es como querer tapar el sol con una mano. Hay quienes se resisten a aceptar las verdades pese a que éstas están explayadas en un amplio tapete social. No aceptan las pruebas de los hechos y aunque se "agarren con las manos en la masa", insisten en decir que es mentira, que eso no está pasando.
Todos ven, saben y conocen de lo que pasa alrededor y cuando se intenta puntualizar sobre ese punto, surge entonces el llamado instinto de solidaridad con no se sabe quién, pero el asunto es "defender a capa y espada lo indefendible".
Y para colmo, encima de querer negar una verdad a voces, hacen uso de artimañas y juegos bajos para atacar a otros y desviar de esa manera, la atención de lo que pasa a su alrededor.
Pero hay un aliado que nadie puede vencer y ese es el tiempo. Tarde o temprano sale en defensa de la verdad y aquello que un día se negó empieza a resurgir dando las pruebas irrefutables de lo que un día alguien intentó negar, enterrar y dejar en el olvido.
Esas personas que siempre quieren hacer ver a otros "su verdad" y ocultar lo que realmente pasa, son seres que viven un gran conflicto de personalidad ya que se encierran en un mundo donde quieren arrastrar a otros para que vivan con los ojos cerrados en su mundo de fantasía.
En lugar de querer "tapar el sol" deberían analizar lo que sucede y darse cuenta que "cuando el río suena es porque piedras trae". Por otro lado, no se debe meter la mano en el fuego por nada ni por nadie a menos que se vea con los propios ojos, tal como decía Santo Tomás: "Ver para creer".
Pero hay gente que por el solo hecho de llevar la contraria y dejarse llevar por un apasionamiento contradictorio, se aferran a una verdad que solo existe para ellos. |