El rechazo de la propuesta nipona de permitir la caza de ballenas en algunas de sus regiones costeras, ocasionó una nueva derrota al país anfitrión en la asamblea general de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Veintiún miembros de los 48 que componen el máximo organismo ballenero mundial negaron ayer su voto al plan japonés de que se permita la pesca de cincuenta ballenas cada año en las costas de cuatro de sus regiones pesqueras.
La propuesta de Japón, vista como una medida alternativa mientras la CBI pone fin a una moratoria de 16 años que prohíbe la captura de ballenas con fines comerciales, fue rechazada poco después de que Islandia, país que se identifica con la postura nipona, se retirara de las reuniones en protesta por su exclusión como miembro de pleno derecho.
La caza con fines comerciales de las ballenas, que según las dos partes enfrentadas esta semana constituye un favor o una amenaza contra el medio ambiente, centra la LIV Asamblea de la CBI en Japón, país anfitrión que para no dejar dudas sobre su posición la ha organizado en Shimonoseki, su principal puerto ballenero al sur del archipiélago.
En un acto de candidez para algunos y de provocación para otros, el ayuntamiento de Shimonoseki ofreció una recepción de bienvenida a los participantes en la que abundaron los platos con carne de ballena marcados, eso sí, con carteles en inglés para advertir de su contenido a los comensales.
Manifestantes de grupos ecológicos como Greenpeace sostenían pancartas que decían "santuarios (de ballenas) no cuotas", en referencia a propuestas como la brasileña de frenar la extinción de los mamíferos marinos estableciendo zonas en las que vivan protegidos. |