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Autoridades en La Habana reaccionaron enérgicamente contra el discurso del presidente de Estados Unidos, George Bush, en el cual plantea su política hacia Cuba. En frente de un emocionado grupo de exiliados cubanos en Miami, Bush reiteró su compromiso a mantener firme el embargo económico contra la isla.
De la misma manera, el mandatario estadounidense delineó una lista de condiciones que el presidente Castro debería cumplir antes de levantar las sanciones.
Las autoridades cubanas respondieron en el programa habitual de televisión, "Mesa Redonda", en la que políticos y periodistas del país tratan los asuntos noticiosos del día.
El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, uno de los funcionarios más cercanos a Fidel Castro, criticó a Bush por mezclarse con lo que llamó la "mafia terrorista" de Miami.
También se refirió a las exigencias del presidente Bush de que en Cuba se celebren elecciones libres. "Ir a Miami a hablar de elecciones limpias y honestas, hay que tener una gran valentía", comentó Alarcón, refiriéndose al controvertido conteo de votos en la Florida en los comicios del 2000, que Bush ganó. La visita de Bush a Miami coincidió con el centenario de la independencia de Cuba de España.
El apoyo de la comunidad del exilio cubano en Miami fue crucial en la victoria electoral del presidente republicano. Su hermano Jeb, el gobernador del estado de la Florida, también se prepara para una reñida batalla para su reelección. Ricardo Alarcón describió el discurso de Bush en Miami como un gesto de gratitud hacia la numerosa comunidad anticastrista que apoya a su hermano, Jeb.
Un comentarista de los medios, hablando en el mismo programa, declaró que "el presidente se fue a cazar el voto cubano en el sur de la Florida para ayudar a su hermanito". |
