La hipertensión arterial es conocida como una enfermedad silenciosa, pero actualmente cada vez que un paciente asiste a medicina general, el médico o la enfermera debe tomarle la presión para detectar cualquier anomalía.
Este padecimiento se da cuando se eleva la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las venas, las arterias y los vasos sanguíneos.
Marcos Córdoba, experto en cardiología, explicó que existe un valor normal de presión que debe ejercer la sangre, y oscila entre 120 sobre 80 milímetros mercurio. Cuando se exceden estos valores se produce la hipertensión arterial, y trae como consecuencia una serie de problemas situándola como la primera causa de muerte y de incapacidad cardiovascular.
ESTILO DE VIDA
La forma como usted desarrolla su rutina diaria puede influir en que padezca o no de este mal. Por tal razón, Córdoba menciona que es importante evitar el consumo de alimentos con un alto contenido de sal. Además agrega que el factor hereditario influye bastante en que padezca de esta enfermedad, y si usted tiene familiares con problemas de hipertensión debe cuidarse más, ya que tiene altas probabilidades de sufrirla. Normalmente los problemas de hipertensión aparecen de los 40 años en adelante.
Esta enfermedad no se cura y la persona que la padece la tiene para el resto de su vida, en este caso lo único que puede hacer es controlarla. El paciente debe tener presente que es un tratamiento en conjunto con el médico y es necesario que ponga de su parte para mejorar, porque los medicamentos no actúan por arte de magia. Los adultos mayores son más propensos a padecerla.
Córdoba habló también de la hipertensión de los ancianos, la cual la padecen exclusivamente los adultos mayores producto de la rigidez de los vasos sanguíneos que se ponen tensos y se aumenta la presión especialmente la sistólica.
HAY QUE SER PRECAVIDO
El problema fundamental de la hipertensión arterial estriba en las complicaciones que produce y que en ocasiones las personas no tienen presente; y es que tener una presión alta puede provocar otras complicaciones médicas como ceguera, trombosis, arteriosclerosis, aneurisma, entre otras.
Por tal motivo y aunque la hipertensión arterial no puede ser definitivamente curada, existen una serie de hábitos de vida que unidos a la acción de los medicamentos antihipertensivos pueden llegar a controlarla de forma sustancial y eludir sus consecuencias.
Muchos hipertensos han normalizado su presión arterial al lograr su peso ideal, por eso el especialista en cardiología menciona que se debe practicar ejercicio tres o cuatro veces por semana durante 30 minutos, bajo recomendación médica.