La captura de adultos que ingresaban con estudiantes de colegios secundarios a moteles de ocasión del sector de Panamá Oeste, es un hecho que debe ser investigado y a los responsables se les debe castigar ejemplarmente.
Un adulto no puede aprovechar su madurez para envolver a una menor de edad y de esa forma saciar sus apetitos sexuales. Al mismo tiempo, los dueños de los llamados "push button" deben establecer medidas de control para evitar que ese tipo de situaciones se repitan.
Los padres de familia y los propios colegios deben mejorar la orientación sexual hacia la juventud, para prevenir que se repitan hechos escandalosos como los ocurridos con estudiantes de tres colegios del distrito de Arraiján.
Para mantener relaciones sexuales habrá tiempo. Nuestra juventud no debe apresurar las cosas.
Deben entender que no se puede incurrir en el desenfreno, que luego trae enfermedades mortales como el SIDA y otras de transmisión sexual.
Al mismo tiempo en una relación debe existir amor, no debe ser una entrega por mero placer.
La juventud debe guardar esa inocencia para alguien que valga la pena y no entregarla en medio de una borrachera a cualquier pela gatos.
Los comentarios de muchas personas es, de qué nos escandalizamos, si lo más probable es que a diario nuestros adolescentes tengan en sus manos los materiales sexuales que lo llevan a ejecutar lo que ven.
Las autoridades también deben cumplir su parte. No se puede andar con medias tintas con un hombre hecho y derecho que ande por las escuelas en busca de niñitas para satisfacer sus bajos instintos.