El último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), resalta que Panamá lidera el ranking de inversión extranjera directa en relación al Producto Interior Bruto (PIB)
Durante el año 2007 hubo una inversión foránea de $1,825 millones. La cifra representa el 10.5% del PIB. El desarrolla obedece más que todo a los proyectos en el sector de la construcción, sobre todo la ampliación del Canal de Panamá.
Eso fue el año pasado, pero las proyecciones de la CEPAL indican que el fenómeno se repetirá en el 2008, donde ya Panamá lidera el ranking de crecimiento económico en Latinoamérica con un incremento del 8%.
El año pasado, el crecimiento fue de 11.2% durante el año de 2007. Estamos entre los países del mundo que tuvieron mejores desempeño en su economía.
Sin embargo, existe otra realidad en la nación: ese crecimiento no permea hacia los pobres, que para colmo hoy sufren de una inflación que antes era impensable y que se ubica casi en el mismo porcentaje del aumento de la economía.
En el territorio istmeño parecen existir dos países: uno que nada en riqueza y otro que se inunda de pobreza. Además hay una clase media, que cada día observa pacientemente como se reduce su capacidad para adquirir bienes y servicios.
El excelente desempeño con las estadísticas de pobreza y el desagrado que sufren los panameños que ven aumentar cada quincena el costo de la vida. Hay que equilibrar las cargas y que los beneficios de ese crecimiento llegue al resto de la población y no sólo al mismo grupito de siempre.
Tomar las acciones para mejorar la distribución de las riquezas es algo urgente en Panamá, para evitar una explosión social de un pueblo cansado de tantos abusos.