El presidente de EE.UU., George W. Bush, aseguró que vetará una medida de gastos suplementarios para Irak que aprobó el Congreso, porque impone la salida de las tropas del país árabe y sólo augura "caos" para la región.
El mandatario dijo sentirse "decepcionado" por el rumbo que escogieron los demócratas que controlan el Congreso, al imponer un cronograma para el repliegue paulatino de las tropas estadounidenses desplegadas en Irak.
La evolución de la guerra en Irak, y cómo mejorar la situación sobre el terreno, ha dado pie a una lucha de poderes entre el Congreso, controlado por los demócratas, y la Casa Blanca.
El mandatario estadounidense acusó a los demócratas de politizar la guerra en Irak, y agregó que "aceptar el proyecto de ley propuesto por el liderazgo demócrata sería aceptar una política que llanamente contradice el juicio de nuestros comandantes militares".
La noche del lunes, los legisladores de ambas cámaras del Congreso lograron un acuerdo sobre el texto final de un proyecto de ley de gastos suplementarios para las operaciones militares en Irak y Afganistán que Bush ha prometido vetar desde el inicio del debate.
Según Bush, una apresurada retirada de las tropas estadounidenses "no es un plan para la paz" sino todo lo contrario: permitiría que los terroristas encuentren nuevos santuarios y "desataría el caos" en toda la región.
La propuesta, que contempla unos 124, 000 millones de dólares -incluyendo 90, 000 dólares para los gastos militares en Irak y Afganistán-, establece que la retirada debería comenzar el 1 de octubre de este año para completarse seis meses después.
Tanto los demócratas como la Casa Blanca se han acusado mutuamente de no querer ver la realidad de la situación en Irak.