Hombres armados dieron muerte a 65 etíopes y a nueve trabajadores chinos en una remota instalación petrolera en el sudeste de Etiopía.
Un grupo separatista, el Frente de Liberación Nacional de Ogaden, se adjudicó la responsabilidad de lo ocurrido.
Los rebeldes dijeron que lanzaron un contraataque porque militares etíopes habían estado tratando de expulsar a nómades somalíes de los alrededores del pueblo de Abole, situado a 120 kms de Jijiga, la capital del estado de Somali.