Corea del Norte pidió ayuda internacional para atender a las víctimas de la explosión de un tren que causó una estela de muerte y dejó a miles sin hogar.
La Cancillería Británica indicó que sus diplomáticos en Norcorea reportan varios cientos de personas muertas. La cooperante irlandesa Ann O'Mahony declaró desde Pyongyang, la capital norcoreana, que el Gobierno comunista había mencionado 150 muertos y 1.000 heridos.
El accidente se debió a un cortocircuito que originó la explosión de materiales peligrosos cargados en uno o varios vagones, al parecer artefactos explosivos como dinamita, utilizados en minería.
El accidente se produjo en un andén de la estación de Ryongchong, a 50 kilómetros al norte de Pyongyang y a unos veinte de la frontera chino-norcoreana, muy cerca de un área residencial.