La madrugada del 22 de abril de 2000, agentes federales entraron por la fuerza a la casa de la familia González -cubanos de Miami- y se llevaron al pequeño Elián González, quien había sido rescatado por pescadores luego de que la balsa en que viajaba se hundiese y murieran varios de sus tripulantes, entre ellos su madre. La medida de fuerza obedeció la decisión de una corte federal que ordenaba que el niño debía ser devuelto a su padre y volver a Cuba. El caso enfrentó nuevamente a la comunidad cubana anticastrista de Miami y al gobierno de Fidel Castro.