Dos miembros de la etnia Naso iniciaron ayer una huelga de hambre indefinida ante la falta de respuesta por parte del Ejecutivo, luego de los hechos que ocurrieron en sus comunidades.
El pasado 30 de marzo, 50 antimotines y maquinaria de la empresa Ganadera Bocas realizaron un desalojo, en el que derribaron unas 30 casas y edificaciones comunitarias, entre ellas el Centro de Cultura Naso.
Arlenys Nercys y Dioselinda Sheyla Tobal, ambas con hijos menores de edad en el campamento, sólo consumirán agua hasta que el Gobierno negocien el pliego de exigencias presentado al Ministerio de la Presidencia y al Sistema de Naciones Unidas el pasado miércoles 15 de abril.
En las últimas horas se han registrado ya en el campamento de Plaza Catedral varios casos de afecciones estomacales y hay varios niños con enfermedades en la piel debido al calor y a las precarias condiciones de subsistencia.
ENTREGAN PLIEGO: DETALLES
Desde hace años, la empresa Ganadera Bocas y las comunidades de Bocas del Toro han tenido fricciones por causa de los terrenos.