Al menos 28 personas murieron ayer en los enfrentamientos entre los habitantes de la ciudad de Karatina, en el centro de Kenia, y miembros de la secta ilegal Mungiki, acusados de amenazar y extorsionar a los comerciantes para conseguir dinero y controlar el área.
"Los vecinos de Karatina decidieron tomar ayer la justicia por sus manos y responder, armados con machetes y hachas, a las provocaciones de los Mungiki, que llevan casi dos décadas extorsionándoles de forma sistemática", dijo a EFE un alto cargo de la Policía keniana.