Cada vez que voy al mercado de abastos en La Chorrera, o a cualquier otro establecimiento dedicado a la compra y venta de productos agrícolas, pienso en el sacrificio que hacen los campesinos de los poblados distantes para poner en los centros urbanos los vegetales, legumbres y frutas, de modo que los residentes en la ciudad tengamos garantizadas la alimentación diaria.
Una de las zonas más productivas en la región Oeste de la provincia de Panamá está ubicada a lo largo de la carretera Santa Rita-El Límite, que conecta además a fincas y predios agrícolas y pecuarios Colón y Coclé.
Una fuerte producción agropecuaria sale todos los años de aquellos campos donde se concentran alrededor de 60 comunidades que deben trasladar diariamente el fruto de su trabajo a los mercados, en condiciones difíciles y costosas por el mal estado de la carretera.
Y de muy poco han servido el clamor y las solicitudes de los pobladores de la región, quienes han agotado la vía del diálogo para solicitarle a varios gobiernos por intermedio del Ministerio de Obras Públicas la construcción de la carretera, sin lograr todavía una respuesta efectiva.
Estas comunidades no sólo aportan a los centros poblados su potencial agrícola, si no que, además, todos los días cientos de pasajeros deben movilizarse hacia las ciudades de La Chorrera, Capira, Arraiján y Panamá con el inconveniente de tener que hacerlo por una carretera que en la estación lluviosa podría quedar intransitable.
Una vez más los residentes en la zona le han pedido al presidente de la República y al ministro del MOP se interesen por la construcción de tan transitada carretera.
"Elevamos un SOS al gobierno nacional han dicho estos panameños ocupados en trabajar". ¿Volverán a defraudarnos?