Una de las formas de reforzar el aprendizaje escolar son las tareas que asignan los maestros y profesores a sus alumnos. Esa es una fórmula para repasar las materias que se dan en clases y que son la base para los futuros ejercicios y exámenes.
Sin embargo, hay muchos padres de familia que no se preocupan por ello, sobre todo cuando se trata de los estudiantes de grados menores, que deben ser orientados en el estudio.
Siempre se alega una excusa para no apoyar a los niños en las tareas o en el estudio.
La falta de tiempo, exceso de compromisos laborales, sociales o la ejecución de diversos trabajos domésticos.
El estudio es casi la única herencia que un padre puede dejarle a su hijo y los primeros años de escuela son fundamentales para formar a un alumno en el hábito del estudio.
Por naturaleza a los niños les gustan más los juegos que el estudio, pero para eso están los adultos.
Usted puede preparar un horario distribuyendo un período para cada una de esas actividades.
Otra cosa que usted puede hacer, es preparar un borrador de ejercicio para que el niño pueda realizarlo consultando sus cuadernos y libros y así podrá asimilar los aspectos más importantes de la materia.
La idea es crearle desde pequeño el hábito del estudio, para que conforme el niño crezca pueda realizar solo esas labores y con menor supervisión. De esa manera sencilla, usted le está enseñando responsabilidad a su hijo.
Para no colaborar en el estudio de su hijo, siempre habrá una excusa, pero nada lo justifica.
Quizás usted no tuvo la ventaja de tener un padre o una madre que pudiera ayudarlo en la tarea escolares, pero hoy gracias a Dios usted tiene la oportunidad de ayudar a sus hijos en esas labores. No desperdicies la oportunidad.