La madrugada de ayer, lunes, se tiñó de rojo para una joven madre que, en cuestión de segundos, se le escapaba la propia vida y la del pequeño ser que llevaba en su vientre.
Y es que una noche que se pintaba como de mucha alegría y diversión entre amigos, degeneró sorpresivamente en un cruel doble asesinato que sumió de manera sorpresiva en el luto a una familia en el área de Cerro Cocobolo, en el distrito de San Miguelito.
DE LA DISCOTECA A LA MORGUE
Un grupo de amigas decidió, en horas de la noche del domingo, salir de la rutina y pasar un rato ameno de baile y algunas cervezas, por lo que acudieron al Bar-Parrillada "El Viejo Jairo", de Cerro Cocobolo.
Entre música y coloquios, los minutos se hicieron horas, por lo que cerca de las 2:00 a.m., algunas integrantes del grupo de amigas que estaban en El Viejo Jairo decidieron retirarse, mientras que otras propugnaban por continuar la divertida jornada en otro sitio de esparcimiento.
Al final, unas se fueron a casa y otras se quedaron, una de las que decidió permanecer en las afueras del bar-parrillada fue Jacinta Yamileth Stanziola Pérez, de 28 años, una joven madre de cuatro hijos, y uno más que nunca vio la luz del mundo.
Y es que justo cuando la malograda madre se encontraba en compañía de una amiga en una esquina afuera del sitio nocturno, un sujeto se le acercó y, sin mediar palabras, le descargó el arma que portaba.
Fueron más de una docena de detonaciones, de las cuales ocho impactaron en diferentes puntos de la anatomía de la mujer.
- 4 en el pecho
- 1 mano izquierda
- 1 lado derecho de la espalda.
- 1 en la axila
- 1 el hombro
La víctima, gravemente herida, tuvo que ser conducida de emergencia a la Policlínica Manuel María Valdés de Paraíso, donde la estabilizaron, y luego la remitieron al Hospital Integrado San Miguel Arcángel, y finalmente al Hospital Santo Tomás, donde cerca de las 5:00 a.m. se decretó el deceso.
LOS ULTIMOS MINUTOS
Una de las amigas que acompañaron a Jacinta en sus últimos momentos de vida reveló que en la ambulancia ella sólo pedía que no la dejaran sola y recordaba a sus hijos.
La amiga de la malograda mujer aseguró que ella no tenía problemas con nadie, por lo que no se explica por qué le hicieron esa maldad.
Casi al borde del llanto, dijo que jamás se imaginó que los disparos que escuchó desde su casa iban en contra de su amiga.
Por otro lado, Adelina Pérez, madre de Jacinta, exigió que se haga justicia y recordó que su fallecida hija siempre estaba pendiente de sus cuatro pequeños, 11, 9, 5 y año y medio, quienes en cuestión de horas amanecieron sin el calor de su madre.
SOSPECHOSOS
Aunque las autoridades no han reportado detenciones en este extraño crimen, sí mantienen bajo la lupa a una persona que fue muy allegada a Stanziola Pérez, pues mantuvo una relación con ella y horas antes del hecho la hostigaba con la mirada.
Personal de la División de Homicidios de la DIJ adelantan las investigaciones.