Durante años atletas panameños se preparan con la esperanza de dar lo mejor de sí para estar listos y aprovechar al máximo esa oportunidad que le permita representara su país en una justa deportiva. Me atrevo a decir que es la realidad de la mayoría de los 447 deportistas nacionales que representaron al país en los IX Juegos Centroamericanos.
Lograr que Panamá se constituyera en sede de este torneo centroamericano es la gran oportunidad esperada por nuestros atletas. Fue la gran vitrina para darse a conocer en sus diversas especialidades. Demostraron coraje y valentía. Hicieron su mejor esfuerzo y el público los respaldó.
El atletismo dio signos de que tiene mucho por ofrecer. El voleibol, natación, lanzamiento de bala, salto de longitud fueron disciplinas deportivas que brindaron gratas emociones, uniéndose a las ya tradicionales como el baloncesto, béisbol y softball, entre otras.
Nuestros atletas hicieron su trabajo y demostraron que hay interés y decisión para llevar adelante el deporte nacional; pero, qué hay de las dirigencias. Con su participación en los juegos centroamericanos el mensaje fue claro, sólo piden el respaldo y compromiso de las dirigencias deportivas para que multipliquen ligas y que a nivel nacional se les brinde la oportunidad y condiciones para su preparación.
Culminados los IX Juegos Centroamericanos y con la mirada puesta en los Juegos Centroamericanos y Bolivarianos del 2013, la labor continua, pues, pese a la premura en la organización del evento deportivo, lo positivo supera lo negativo; aunado a esa llama de esperanza que han despertado en nuestros atletas, hasta ahora desconocidos, que demostraron que vive en ellos un gran espíritu deportivo.
Aprovecho esta columna para destacar a aquellos atletas que con su participación nos hicieron vivir momentos inolvidables, me gustaría mencionarlos, pero prefiero no hacerlo por temor a omitir un nombre, y no me lo perdonaría, ni sería justo, pues le faltaría a quienes con su esfuerzo y dedicación dejaron en alto el nombre de nuestro país.
A ellos, nuestras felicitaciones; a sus padres y tutores, nuestro respeto y a sus entrenadores nuestro reconocimiento por impartir sus enseñanzas.
