Los hechos violentos que se registraron recientemente en el Centro de Rehabilitación Nueva Esperanza, en Colón, parece que pasarán a la historia porque los líderes de las galerías adquirieron un compromiso de paz y entregaron las armas de fuego que tenían.
Los reos plantearon los problemas que confrontan y dieron a conocer sus peticiones para ser tomados en cuenta para su resocialización, entre ellas, que la mora judicial disminuya y que se les tome en cuenta para su rehabilitación.
La angustia de los familiares de esos reclusos son parte importante para la decisión, porque han visto la desesperación cuando se registran esos hechos violentos.
Ninotchika Chong, directora de ese centro penitenciario, dijo que lo que hicieron esos reclusos hay que tomarlo en cuenta, porque han demostrado que quieren la paz.
Informó que a partir de ayer, jueves, ya podrían ingresar los familiares de esos reclusos para llevar alimentos y visitarlos, porque se ha visto que hay un clima diferente.
Señaló que sus familiares participaron en la reunión con los representantes de las galerías, y fueron testigos de esa decisión que los ha alegrado.
Uno de los internos manifestó que se ha demostrado conciencia, porque ahora ya podrán compartir en el deporte y esperar que mientras estén allí, vivan en armonía.
Se comprobó que luego de la requisa en ese centro, después que más de 8 reclusos resultaron heridos con arma de fuego, todavía existían otras armas adentro que fueron entregadas voluntariamente.
El pacto de no agresión y de mantener la paz fue el llamado que hicieron los reos que representaban a más de 1200 que esperaban saber qué pasó en la reunión.
Se espera que el pacto de paz se cumpla.