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"Sale sena", decía uno de los participantes que era contestado con una ficha sonada mientras la mirada se concentraba en el arreglo y los labios se distendían en una sonrisa triunfal.  |
Todo juego es divertido para sus adeptos. Pero en Panamá hay un juego que pareciera acaparar todos los sentidos de quienes lo practican: el dominó, que hoy se ha convertido en el pasatiempo favorito de jubilados y desempleados que se dedican a tiempo "lleno" por pura "birria".
En un recorrido por el conocido "Parque de los aburridos", en la avenida cerca de la Pedro Obarrio, "Crítica" compartió una mesa con algunos jugadores donde el ambiente estaba saturado además del ruido de las bocinas de los buses, de la algarabía salida de la tienda del chinito o la casa de inquilinato que competían con el equipo de sonido de los alrededores y el sonar de las piezas del dominó.
"Sale sena", decía uno que era contestado con una ficha sonada mientras la mirada se concentraba en el arreglo y los labios se distendían en una sonrisa triunfal.
Allí, en medio de una calle principal y una vía de 'respiro', los jugadores se dan cita a partir de las 10:00 a.m. de cada día pero son las horas después de las 4:00 de la tarde cuando se pone el ambiente más concurrido. A los desempleados y jubilados se suman los taxistas que hacen piquera cerca o de pronto no faltará un vecino que se encuentre "aburrido" en su casa y llegue al parque.
¿Hay apuestas? ¡Claro que no!
La respuesta no encierra toda la verdad porque como es sabido, sería ilegal. Sin embargo, tras bastidores se conoce que las hay, pero "el cuara" sería la suma más alta apostada. Una situación similar se vive en el callejón del mercadito de Calidonia, donde los 'abandonados' se reúnen a compartir un rato "alegre" particularmente en horas de la tarde.
Pero allí, entradas las primeras sombras de la noche, no hay vestigios del juego y alguna que otra noche, se deja ver una patrulla dando su ronda regular. El juego de dominó en esos dos puntos capitalinos es una ventana que forma parte de la cultura del panameño que busca de esa manera, aliviar las zozobras que lo agobian. |