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Es un lugar común el famoso "yo te lo dije", pero todos sabemos que muchas voces se alzaron desde hace buen tiempo denunciando a la opinión internacional que ante la irracional actitud del hoy tristemente célebre Comandante Chávez, sólo faltaba un muerto para completar la serie de atropellos que sistematicamente se venían cometiendo.
Pues bien, no ha sido uno, sino más de veinte los muertos y varias decenas de heridos, sangre venezolana derramada en nuestra amada tierra y sin ninguna necesidad, justificada tan sólo por la defensa de una pseudorevolución que hoy nos cubre de luto y nos deja un sabor amargo.
Chávez se retira como inició sus andanzas políticas: con las manos manchadas de sangre inocente. ¿Podrá dormir tranquilo?.
Las cosas no debieron terminar de esta manera, pero era lo que todos sospechábamos, de alguna manera lo intuíamos, y se vieron forzadas a este extremo por la inconsciencia de un resentido social que detentaba el poder absoluto.
El noble y bravo pueblo de Venezuela, hombres, mujeres, niños, ancianos, empresarios, estudiantes, jubilados, periodistas.... marchó de manera pacífica por más de 6 horas, realizando la protesta cívica de mayor magnitud jamás celebrada en Centro y Sur América, demostrando unidad entre todos los sectores y resueltos a exigir del presidente un acto de responsabilidad, aceptando su fracaso y presentando su renuncia.
Escudados tras un pelotón de la Guardia Nacional, esperaban los talibanes de Chávez, copia fiel de los camisas negras de Mussolini, los famosos Círculos Bolivarianos, quienes armados agredieron a los marchistas sembrando la muerte, tratando de detener un sentimiento que era irrefrenable.
El pueblo permaneció en la calle, en la calle que pertenece a los ciudadanos venezolanos, haciendo frente a las balas, exigiendo un cambio, y pagó con sangre ese cambio, ese regreso a la democracia, nos toca ahora hacer que valga la pena ese sacrificio. ¡GLORIA AL BRAVO PUEBLO!.
Nuestra patria está de luto. Hemos logrado un cambio importante que marcará las páginas de nuestra historia, pero pagando un alto precio de valiosas vidas que pudo ser evitado. Los Venezolanos radicados en Panamá, sentimos un profundo dolor en este importante momento, y nos solidarizamos plenamente con nuestro pueblo, con nuestros hermanos, con los familiares de las víctimas que hoy deja el depuesto régimen.
Nos sentimos orgullosos de ser Venezolanos y de contar con unas Fuerzas Armadas que no vacilaron en desconocer la voluntad del presidente cuando éste les ordenó reprimir al pueblo. |
