La celebración de la Pascua se encuentra vinculada a la creencia religiosa, sea cristiana o judía. Su término deriva del latín pesaj y del hebreo pasha, en ambos casos significa tránsito o paso de una cosa a otra. Cada creencia se representa de diferentes formas.
Por ejemplo, el cristianismo hace referencia al paso de la muerte a la vida con la resurrección de Cristo y el judaísmo rescata el éxodo del pueblo israelí en busca de libertad.
La corriente oriental defendía que la Pascua debía celebrarse el Viernes Santo, al atardecer, con una eucaristía. La corriente occidental pensaba que había de festejarse en las primeras horas del domingo siguiente a ese Viernes. A finales del mencionado siglo, por decisión del papa Víctor, se impuso la tradición romana, y empezó a celebrarse la Pascua el Domingo de Resurrección.
SE SIGUE LA TRADICION
Las tradiciones en esta fiesta han ido variando con el correr de los siglos hasta llegar a convertirse, para la gran mayoría de la gente, en una semana donde no se trabaja y se comen los famosos huevos de Pascua. De hecho, el Domingo Santo es uno de los dos días del año en el que se consume más chocolates (el otro es la Navidad).
El huevo de Pascua es una tradición gastronómica de la fiesta de Pascua. El huevo es figura de la Resurreción de Jesucristo, como el sepulcro sellado el sábado para abrirse con una nueva vida el domingo.
El intercambio de huevos de Pascua de chocolate es muy extendido en Polonia, Alemania, la República Checa, Eslovaquia y en ciertas zonas de México, viene celebrándose desde hace poco más de 8 siglos.
Parte de la simbología de esta fiesta era el conejo, adoptado como símbolo de fecundidad, que aún hoy en día se sigue utilizando en las decoraciones de esta celebración. Este elemento de la tradición de Europa occidental nunca fue aceptado por los cristianos ortodoxos, lo que nos indica que es verdaderamente un icono ajeno a la Pascua religiosa.
MUCHOS COLORES
Los huevos coloreados como rayos del sol son traídos por el conejo de Pascua, también como símbolo de la fecundidad y de la vida que renace. Los niños de varias partes del mundo, colorean y esconden huevos de Pascua. Sin embargo, este juego tampoco fue adoptado por países tradicionalmente cristianos, otro prueba del origen pagano de estos símbolos.
La tradición de regalar huevos de Pascua viene de hace muchísimos siglos. Todo, debido a que los cristianos católicos que seguían la abstinencia cuaresmal, no podían comer huevos ni tampoco productos lácteos. Los fieles los guardaban y una vez terminada la cuaresma los regalaban.
La tradición de regalar huevos el domingo de Pascua continuó, principalmente en los países anglosajones, Estados Unidos y en la Europa Central. Es un regalo muy apreciado por quien los recibe.
En Francia y en otros país europeos era tradición que el Domingo de Pascua, los jóvenes organizaran procesiones para recoger huevos y después dárselos a los hospitales y centros de acogida. En Bulgaria, la práctica de romper huevos, unos con otros, se realiza antes del almuerzo. La última persona en tener un huevo sin romper recibirá un año de buena suerte.
Eso sí, en Panamá muchas personas mantienen esta hermosa tradición, bien sea entre familiares o amigos, siendo los infantes los más entusiastas.