domingo 12 de abril de 2009

 

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  CONSULTORIO MEDICO


Comprendiendo la complejidad del linfoma de No-Hodgkins

Por la Universidad | de Harvard

P: Una amiga de mi familia que tiene casi 70 años recientemente fue diagnosticada con una forma lenta en crecimiento de linfoma de non-Hodgkins. No sé mucho sobre esta enfermedad. ¿Cuáles son sus probabilidades de superarla?
R:
Si nunca ha escuchado de esta enfermedad, es buena compañía. Al contrario que los cánceres que afectan el pecho, pulmones o próstata, el linfoma de non-Hodgkins no es muy conocido y es menos comprendido por el público.

Añadiendo a la confusión es el hecho que el linfoma de non-Hodgkins viene en más de dos docenas de diferentes tipos.

El tratamiento y los resultados varía mucho según el tipo.

A pesar de su complejidad, el linfoma de no-Hodgkins es uno de los cánceres más comunes. En el 2008, fueron diagnosticados más estadounidenses con ello (aproximadamente 66.000) que con melanoma (unos 62.000) o cáncer de páncreas (unos 38.000), según la Sociedad Americana de Cáncer. Las buenas noticias son que los médicos tienen un mejor entendimiento del sistema inmune y los cánceres que se presentan son más fáciles de tratar que hace varias décadas. Los pacientes están viviendo más, y en algunos casos, se curan.

El linfoma es un cáncer del sistema inmune, más específicamente, de las células B, que hacen anticuerpos y las células T, que tienen muchos roles en la respuesta inmune. Juntas, las células B y T son conocidas como linfocitos, de ahí viene el nombre linfoma. (El sufijo '-orna" proviene del griego para "tumor".) Tanto las células T como las B puede hacerse cancerígenas, pero las células B linfomas son más comunes en países desarrollados.

Las células B y T circulan en la sangre, pero también se mueven por el cuerpo en el sistema linfático, una red de vasos que colecta ciertos fluidos del cuerpo y células así como la invasión de organismos, como los virus. Los invasores se trasladan a las "glándulas" linfáticas, nodulos pequeños con forma de judía que se adhiere al cuello, bajo las axilas y en muchos otros lugares. Aquí, los invasores destruyen las células blancas, incluyendo las células B y T.

Con frecuencia, el primer síntoma del linfoma de no-Hodgkins es la hinchazón de los nodulos linfáticos, que se agrandan debido al crecimiento de la células cancerígenas. Ya que normalmente la hinchazón de los nodulos es indolora, los pacientes podrían no darse cuenta durante algún tiempo.

Pero la enfermedad no se limita al sistema linfático: Se puede desarrollar en cualquier lugar que se congreguen las células B o T, incluyendo la piel, estómago, intestinos. Otros síntomas pueden incluir fiebre, sudores nocturnos, fatiga, dolor abdominal, pérdida de peso inexplicable, picor en la piel y dificultad para tragar.

Varios factores pueden contribuir al desarrollo del linfoma. Esto incluye exposición a ciertas químicas, herbicidas e insecticidas, así como infecciones virales y anormalidades genéticas. Un desorden del sistema inmune, causado por cosas como la infección de HTV, drogas que previenen el rechazo de órganos después de un transplante y condiciones en las cuales el sistema inmune por error ataca al cuerpo, hacen aumentar el riesgo de padecer no-Hodgkins linfoma.

El linfoma de no-Hodgkins se clasifica por el tamaño, el tipo y distribución de las células cancerígenas en los nodulos linfáticos. Las tres categorías principales son grado bajo (indolente), grado intermedio y grado alto (agresivo). Aunque la enfermedad es más común en adultos mayores (con más de 60 años), afecta a niños y jóvenes.

El tratamiento depende del grado del linfoma, la etapa de la enfermedad y la edad y salud del paciente. La llamada, espera observante, es la opción de muchos pacientes en etapa temprana de la enfermedad. Estos pacientes no obtienen tratamiento activo hasta que los síntomas se desarrollan o las pruebas muestran que la enfermedad está empeorando.

La espera observante no es una opción para los linfomas no-Hodgkins agresivo. Sin tratamiento, muchos pacientes morirían en pocos meses. Estos linfomas pueden ser tratados de diferentes maneras. Los médicos prescriben quimioterapia sin o con radiación, una combinación de medicamentos de quimioterapia o tal vez incluso un transplante de médula ósea. Con mayor frecuencia, los médicos usan los anticuerpos de diseño llamados anticuerpos monoclonales con múltiples medicamentos de quimioterapia.

TRATAMIENTO DE ANTICUERPOS MONOCLONALES

  1. Los anticuerpos monoclonales encuentran y se unen a los antígenos de las células linfáticas.
  2. Los anticuerpos monoclonales adjuntos a los antígenos desencadena la muerte de la célula.

 

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