Transitar las calles citadinas se ha convertido en un dolor de cabeza para algunos conductores y hasta para peatones.
Es en esas calles donde las troneras se confunden con los gritos de auxilio de alguna víctima de un ladrón y los impactos de hojalaterías y motores.
El Hospital Santo Tomás se ha convertido en el auxiliador principal de las víctimas de atropellos, colisiones y demás ocurridos en las carreteras.
A las 5: 16 de la madrugada de ayer, domingo, la ambulancia 337 del Sistema Pre Hospitaliario transportó a la ciudadana Zaira Caicedo, de 19 años, residente en el corregimiento de Juan Díaz, en la comunidad de Guayabito.
De la joven se informó que fue víctima de una colisión de la cual quedó con varios golpes, pero con vida.
Fue atendida en el centro médico referido.
Un familiar de uno de los pacientes en ese recinto, reflexionó: "¿Qué se puede hacer si uno va manejando bien, respetando las señales y todo lo demás, si el otro que viene al lado o atrás, anda como alma que corretea el diablo?".
Ese mismo ciudadano recomendó a los lectores de "Crítica" que "anden con un ojo adelante y otro atrás".