Una propuesta para combatir el incremento de la delincuencia en Panamá presentaron ayer representantes de la Coordinadora Nacional Cristiana ante las autoridades.
EL proyecto ha sido implementado en República Dominicana y Venezuela, con muy buenos resultados.
Consiste en lograr mediante la participación activa de la empresa privada, en conjunto con la sociedad civil, capacitar e incentivar a trabajar a los delincuentes, para que puedan cambiar su modo de vida.
De acuerdo al presidente de la Fundación de Apoyo al Detenido, Javier Justiniani, lo que se busca es que "este individuo trabaje para vivir y no robar para vivir".
Paralelamente, dentro de este proyecto, debe abandonar el consumo de drogas y entregar sus armas.
Justiniani consideró que esta alternativa tiene que implementarse desde los tres tipos de prevención: la primaria, que es cuando la persona no delinque, secundaria, cuando ya está inmerso en la delincuencia, y terciaria para quien salga de la cárcel, no vuelva a delinquir.
El jurista sostuvo que "las nuevas políticas criminológicas en Panamá, son desastrosas y no han dado resultados".
Por lo tanto, se requiere crear una nueva receta para contrarrestar este mal.
De acuerdo al director del programa de Seguridad Integral, Manuel Zambrano, el Gobierno está consciente de la realidad y está dispuesto apoyar a todas las iniciativas que impulsa la sociedad civil.
El funcionario explicó que los grupos que se dedican a delinquir siguen extendiéndose tanto en la capital, como el interior de la República.
Según cifras de la institución, a nivel nacional existen unas 240 pandillas.
CIFRAS
Informes de la Fundación del Detenido detallan que de 2 mil presos que habían en las cárceles en 1990, hoy se registran unos 14 mil.