El volcán chileno Llaima, que volvió a entrar en erupción el viernes, ha expulsado una columna de gases y cenizas de más de 7,000 metros de altura y 100 kilómetros de extensión, lo que ha obligado a evacuar ya a 71 personas y a decretar la alerta roja en ocho municipios cercanos. Las autoridades tomaron esta decisión a raíz de los riesgos asociados a los deslizamientos de barro.