Millones de cristianos en Panamá y el mundo portando ramas de palma entretejida recibieron el Domingo de Ramos con el que se dio inicio a la Semana Santa o Semana Mayor, periodo en el que se medita sobre la vida, pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Para monseñor José Dimas Cedeño, la Semana Mayor no es para "parrandear", sino una fecha para meditar sobre los errores cometidos e intentar ser seres humanos más apegados a las leyes de los mandamientos.
Las palmas tienen una importancia simbólica, porque recuerdan la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
La liturgia católica, desde el siglo IV, ha organizado la procesión de las palmas y su respectiva bendición en el templo, y luego ha repartido estas palmas a los fieles que las portan en la misa del Domingo de Ramos.
La ceremonia de bendición de los ramos consiste en que el sacerdote conjuntamente con los monaguillos sale al atrio de la iglesia a rociar los ramos. Los ramos bendecidos santifican a la persona que los porta y consagran la casa donde se colocan.
Tradicionalmente, los ramos se guardan en casa y se colocan en un lugar preferencial, ya que según la tradición popular protegen el hogar. La Semana Santa culmina este domingo 12 de abril con la resurrección de Jesús.