El día en que 19 terroristas cometieron los mayores atentados en territorio estadounidense, la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, creía que la prioridad era la defensa antimisiles. Así indica un extenso reportaje que publicó el diario "The Washington Post".
El diario analizó el texto de un discurso sobre seguridad nacional que Rice había preparado para el 11 de septiembre de 2001, y otras declaraciones del presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney desde enero de ese año.
El discurso, según el "Post", "tuvo el propósito de promover la defensa contra misiles como piedra fundamental de una nueva estrategia de seguridad nacional, y no contenía menciones a Al Qaeda, Osama bin Laden o grupos extremistas islámicos".
Pero James Wilkinson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, sostuvo que "la primera directriz importante del gobierno (de Bush) fue la nueva estrategia para eliminar a Al Qaeda, que la Casa Blanca emitió poco después de iniciada la administración" el 20 de enero de 2001.
"La prioridad fue la eliminación de Al Qaeda, no la defensa contra misiles, no Irak, no el tratado sobre defensa contra misiles balísticos", según Wilkinson.
El gobierno de Bush se encuentra ahora en la posición difícil de enfatizar y demostrar que la lucha contra el terrorismo fue su mayor prioridad en 2001, y al mismo tiempo que no tuvo información suficiente que le permitiera impedir los ataques que dejaron más de 3.000 muertos y heridos.
Entretanto, varios legisladores demócratas pidieron al presidente George W. Bush que reconozca las deficiencias en las informaciones de espionaje que llevaron a la guerra de Irak, y recomendaron reformas para mejorar la manera en que esa información es recogida y analizada.
Los legisladores en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes ofrecieron varios cambios para coordinar mejor los organismos de espionaje, incluyendo la creación de un director Nacional de Inteligencia encargado de supervisar los 15 organismos dedicados a ese menester.
Ese cargo fue igualmente recomendado por una comisión conjunta de la Cámara y el Senado que investigo los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001.
Los legisladores demócratas pidieron además una mejor utilización de la tecnología para compartir información y propusieron un nuevo centro de recopilación de inteligencia.