C uando le vi la cara de burla al Cholito Mesero del viejo café de Santana, pensé que se saldría con una de sus famosas "pata-de-banco". "Mire, señor periodista, si Ud. mete a los cuatro candidatos a presidentes en una licuadora y los bate, no saldrá ni un buen chicheme", dijo el famoso mesero, riéndose él mismo de su disparate.
Puse cara de no entender el último chiste político del más bellaco de los meseros panameños. Por lo visto entendió mi asombro, pues quiso explicar el absurdo diciendo:
"Es que ninguno de esos cuatro candidatos es totalmente bueno para arreglar este país", trató de aclarar el Cholito Mesero.
Le dije al mesero santanero que estaba equivocado.
"¿Acaso no escuchaste el discurso de la Doña cuando dijo que vivimos en el mejor país de la bolita del mundo, amén?", señalé usando un lenguaje apropiado para la mente del bellaco mesero.
Movió la mano el Cholito en gesto de burla y señaló:
"Por lo visto los panameños estamos sufriendo de una ceguera aguda, porque muchos no vemos en qué se gastaron los cinco mil millones para obras sociales que nos dijo ella", afirmó el Cholito con una sonrisa burlona.
Lo que sucede es que el panameño siempre está disconforme con sus presidentes al final del mandato", dije muy serio.
Puso cara de no entender el vivo mesero, así que tuve que explicarle.
"Al principio todos quieren al presidente, como sucedió con Pan de Dulce y el Toro. Pero al final se voltea la tortilla y la gente los critica y desea que se vayan rápido del poder", señalé con voz de profesor.
"¿No será por las metidas de pata que hacen en su gobierno y que la gente se entera al final?, preguntó el más vivo de los meseros panameños.
No pude darle una contestación segura a su pregunta.
"Lo mismo ocurrió con la Doña, que llegó al poder con una gran mayoría de votos. Ahora hasta le cuentan los minutos que le faltan para que se vaya", manifesté al Cholito Mesero.
"Es una lástima que yo no pueda ser presidente con mi partido Bistec con Papas, porque yo sí trabajaría bien para que todos estuvieran contentos y no me odiaran al final del mandato", alegó el Cholito.
Me reí de su ocurrencia porque nuevamente venía el mesero con sus sueños de verano, de hacer un partido político para llegar a la Presidencia de la República de Panamá.
"A lo mejor eso es bueno al fin y al cabo, ya que para la Democracia es positivo el cambio", dije sin reírme.