Julio César Chávez Jr. no sufre ni se acongoja, y cada vez que sale a pelear lo hace con ganas, para divertirse y para ganarse el respeto de la afición.
De hecho, en su interior sabe que es el deporte que más le gusta, y todo se debe porque siempre estuvo al lado de su famoso padre del mismo nombre, un nombre que pesa... y mucho.
"La verdad la mayoría de los periodistas me pregunta si el nombre de mi papá pesa, y les digo en son de broma que no lo voy a cargar. Lo que haga será mío, pues es definitivo que yo nunca podré llenar sus zapatillas con todo lo que él hizo en su carrera", indicó Chávez Jr.
"Entré al boxeo con el permiso de mi papá, y hasta el momento no le he fallado. Ahora, si él decide que no continúe en este deporte, simplemente seguiré sus consejos y acataré sus órdenes, pero les juro que por mi mente no pasa nada de eso", agregó el jovencito de 18 años.
El hijo de la leyenda del boxeo mexicano tiene razón, y una prueba de ello fue la manera como se comportó en su debut en Las Vegas, precisamente en el hotel MGM Grand, donde el "César del Boxeo" libró grandes batallas, y donde noqueó una vez más a Meldrick Taylor, pero en el octavo asalto, el 17 de septiembre de 1994."Sentí una sensación indescriptible al ver las luces tan brillantes y escuchar a la gente corear el nombre de mi papá, y por todo eso me dieron más ganas de pelear", recordó Chávez Jr."Las Vegas es otro mundo, y creo que mi actuación fue del agrado de los aficionados, pues al final me aplaudieron, lógicamente más fuerte porque mi papá subió conmigo", admitió. Finalmente, Chávez Jr., quien hasta el momento tiene un palmarés de seis triunfos sin derrotas con dos nocáuts, indicó que desea terminar la preparatoria, pues ésa es otra gran batalla que quiere ganar.
Sigue en lo dichoEl ex triple campeón del mundo en tres divisiones, y cuya pelea final será el próximo 15 de mayo en la ciudad de México, confirmó que el ultimátum de las 10 peleas que le había impuesto a su hijo continuaba igual.