Hace dos semanas se inició el año escolar en la mayoría de los colegios y escuelas del país, pero hay un grupo de más de 16 mil estudiantes que no han recibido enseñanza en todo este tiempo, debido a que los planteles no han sido adecuados.
Se trata de alumnos de origen humilde cuyos padres no cuentan con los ingresos necesarios para mandarlos a un colegio privado.
Estas son algunas de las causas de las deficiencias que luego presentan nuestros estudiantes cuando ingresan a las universidades.
Se pierde tiempo precioso en el proceso enseñanza-aprendizaje, que luego no se recupera. Hoy no se dan clases por las malas condiciones de los colegios y escuelas, mañana será por una huelga de docentes. Al final del año, no se cumplen los días de clases que establece el calendario escolar.
La falta de clases por malas condiciones de los centros de enseñanza varios de ellos en el área metropolitana, no tiene justificación, sobre todo porque los autoridades del Ministerio de Educación y los directores de los planteles tenían tres meses de vacaciones, donde se debieron realizar esas labores.
Además no se puede alegar que no hay dinero. Cada año se destinan casi 30 millones de balboas para el Fondo de Equidad y Calidad de la Educación (FECE) que deben ser utilizados para adecuar las instalaciones escolares.
Pareciera que hay falta de voluntad, mística y hasta irresponsabilidad de esa autoridades que dejan todo para última hora y no cuentan con una programación para atender con anticipación los problemas que se puedan producir en los colegios y que pueden afectar el buen desenvolvimiento de las clases.
