El mes clave para modernizar el transporte urbano en Panamá es abril de 2006. Dentro de unos días la Autoridad Nacional del Tránsito y Transporte Terrestre convocará a las empresas interesadas en participar en el proceso de licitación del nuevo sistema que mejorará el servicio.
Será el primer paso para decir en corto tiempo adiós a los "Diablos Rojos". Será como la aplicación de una inyección letal que acabará para siempre con el sistema actual que ha sido duramente criticado por la ciudadanía, pero ¿será la solución?
En manos de las autoridades está la respuesta definitiva al clamor de más de 500 mil panameños que utilizan a diario el servicio de transporte colectivo y que esperan que los afamados buses articulados le cambie la cara al país de una vez por todas.
Con esta licitación se espera adaptar las rutas por donde transitarán los nuevos buses que reemplazarán a los actuales 800 "Diablos Rojos" que recorren gran parte de la ciudad. No se habla de indemnización, pues, según Angelino Harris, se piensa incluir a todos los transportistas al nuevo sistema, tesis que no les agrada por los menos a los transportistas de Pedregal, quienes alegan que sí deben recibir un pago que los indemnice porque no pueden quedarse en la calle.
Como quiera que se finiquite el lío del transporte, hay que tomar en cuenta que los intereses de los usuarios debe prevalecer por encima de cualquier interés porque en anteriores decisiones nunca fueron la razón de ser de los cambios.
Panamá se acerca poco a poco a lograr los ajustes que la vendan como una ciudad moderna.
Ojalá los planes no se estropeen por culpa de dirigentes intransigentes que solo piensan en su bienestar económico.