El depuesto presidente iraquí Saddam Hussein calificó de una "mascarada" el juicio al que está sometido junto a siete de sus ex asesores por la matanza de 148 chiíes en 1982, e insistió en que sigue siendo el "presidente legítimo de Irak".
Saddam, citado ayer por el tribunal para dar su opinión respecto a las acusaciones en su contra, aprovechó la ocasión y pronunció un discurso en el que acusó a Irán, sin nombrarlo, de intentar provocar un conflicto sectario en Irak aludiendo al ataque del pasado 22 de febrero contra un santuario chií en Samarra, así como la posterior quema de decenas de mezquitas suníes en diferentes áreas de Irak.
Saddam, con una barba bien cuidada y un traje negro, tuvo una discusión verbal con el presidente del tribunal, el kurdo Rauf Abderrahman, quien le interrumpió para recordarle que "estás aquí como acusado y no debía pronunciar un discurso político".
"Yo soy el jefe de Estado de Irak", insistió Saddam, a quien respondió el juez: "eras presidente, pero ese papel ya ha terminado, y ahora estás aquí como acusado criminal".
"La política es la que nos ha traído a este lugar y si no te gusta mi discurso pues puedes pedir una nueva acción judicial en mi contra", contestó el ex dictador.