Espero entiendas bien esto: nunca te arrodilles ante el que te maltrata y sádicamente goza haciéndote sufrir. Si eres esposa agredida levántate y defiende tu derecho como mujer y que le ley se encargue del déspota agresor. No le des gusto a su alma enferma y hazle ver que no viniste a este mundo a ser objeto de violencia de ningún acomplejado que usa su fuerza física para dominar a los demás.
Nunca te arrodilles ante el que tiene algún poder o mandato sobre ti, sea maestro, médico, juez, sacerdote, presidente, policía o jefe, porque si toda autoridad viene de Dios, debe usarse para mandar como El quiere, y no para explotar, engañar y manipular en nombre de oscuros intereses.
Nunca te arrodilles ante el que más dinero tiene, porque sólo Dios merece todo honor y gloria, y los poderes de este mundo son pasajeros, caducos y al final todo envejece y muere. Nunca, nunca te arrodilles ante nadie de este mundo, porque éste de Dios viene y ante Dios, el que nunca muere y el que todo puede, iremos a rendir cuentas y los idólatras se quedarán fuera sufriendo el castigo eterno con fuego ardiente.
Hay gente que está arrodillada permanentemente, cambiando de dioses de acuerdo a sus burdos y bajos intereses, y que rinden culto al diablo por unas migajas de triunfos mal habidos y que son capaces de vender a su propia madre por mantenerse en la cúspide del uso de los poderes de un mundo vacío y dominado por poca gente.
¡De rodillas ante Dios, sólo Dios!, repito, esa debe ser tu consigna mi hermano, y tu caminar en esta vida deberá caracterizarse por tu dignidad a prueba de cualquier seducción y engaño del "padre de la mentira", sabiendo que con honradez y hasta escasos recursos, aún arrastrando una pobreza injusta provocada por tanto descaro de estructuras hechas por corruptos, tú algún día por gracia divina alcanzarás la gloria del cielo por haber demostrado el desprecio por la cosas creadas cuando se ponen en lugar del Dios eterno. De rodillas ante Dios y El te dirá: "ven conmigo al paraíso de los justos por haber permanecido fiel" donde cantaremos para siempre las glorias del Reino, adorando al Único, al Todopoderoso, al Santo, al Dios que nos hace invencibles, amén.