Cuando ustedes comiencen a leer este comentario, estaré desembarcando del crucero "Grandeur of the seas", lleno de motivos, como hace dos años lo hice del "Enchantment of the seas", descansado y recuperado de tantas burradas e impertinencias de nuestros políticos y funcionarios.
En cuanto a estas dos señoras sacadas de la Sagrada Escritura, me permití investigar durante los descansos del paseo por el Caribe cuál de las dos ha sido más admirada por la humanidad. De hecho existen más mujeres con el nombre de Eva que con el de Magdalena. Y eso es lo curioso: que la Iglesia Católica tiene a la penitente como una santa.
Eva fue la primera mujer del planeta y apareció ustedes saben cómo, poco después que Nuestro Señor se diera cuenta de que Adán necesitaba compañera.
Magdalena tiene la misma edad de Cristo y en su haber el apoyo que dio a María en los momentos más aciagos del calvario, e incluso en los posteriores a que fue testigo de la Ascensión.
Magdalena fue perseguida y, sin embargo, evangelizó con la mayor devoción el cristianismo, pese a los peligros. Esta santa hasta se enfrentó al emperador romano Tiberio, mostrándole un huevo de gallina, diciendo: "Cristo está vivo". A lo que le contestó Tiberio: "Tan vivo como si el huevo que tienes en la mano se volviera rojo...". Y en un segundo el huevo se puso rojito.
De Magdalena, sus detractores hablan que fue prostituta antes de conocer a Nuestro Señor Jesucristo, pero esto no le ha restado el amor que le tenemos los cristianos. Aunque en el mundo haya más Evas, yo prefiero a Magdalena, pues si Eva no le hubiera enseñado la manzana a Adán, no estuviésemos padeciendo tanto.