Las dimensiones de la destrucción causada por el seísmo de 8.8 grados en Japón comienzan a conocerse con el paso de las horas y son al menos 1,700 los muertos o desaparecidos y más de 300,000 los japoneses que han sido evacuados.
El Gobierno nipón decidió desplegar a 50,000 militares para atender las tareas de rescate en una amplia franja de su costa oriental, golpeada por el fuerte terremoto y el también devastador "tsunami" del viernes.
Las autoridades hablan de 620 muertos y 650 desaparecidos, pero los medios japoneses los incrementan hasta 1,700 víctimas confirmadas y el balance no ha dejado de aumentar.
El seísmo ha provocado, además, la paralización temporal de numerosas actividades económicas, políticas, deportivas y sociales en Japón.