La muerte del número 2 de las FARC "Raúl Reyes" a manos del ejército colombiano dentro del territorio ecuatoriano, ha escalado a nuevos niveles el conflicto entre los gobiernos vecinos de �lvaro Uribe y Hugo Chávez, y ahora ha adicionado a la crisis al gobierno de Rafael Correa.
En estos momentos, 10 batallones de tanques venezolanos están apuntando sus cañones hacia el lado colombiano de la frontera, y la embajada de Colombia en ese país ha sido cerrada.
En Ecuador, también la embajada colombiana ha sido cerrada, por lo que el gobierno de Correa ha considerado una flagrante violación a su espacio aéreo y su soberanía.
El Presidente de Venezuela, quien ha dado claras señales de parcialización hacia las FARC durante sus gestiones para liberación de rehenes, ha lanzado nuevas amenazas de guerra con Colombia.
Por el lado del gobierno de Uribe, este ha realizado una operación que a todas luces rompe con el proceso de paz que había iniciado con las liberaciones unilaterales de rehenes por parte de las FARC. El hecho de que Raúl Reyes y otros 15 guerrilleros hubiesen sido abatidos mientras dormían, tampoco ayuda para nada a los argumentos de Uribe.
Lo único que podemos hacer desde Panamá es instar a los tres países en conflicto es paciencia y prudencia, ya que un conflicto armado entre países hermanos como Colombia y Venezuela sería un duro golpe para todo el hemisferio.